Seguir
una dieta vegetariana aporta múltiples beneficios para tu vida. Revisemos
algunos:
Salud: Evidentemente no por ser vegetariano
se garantiza tener buena salud. Sin embargo al serlo, minimizamos algunos
riesgos, por ejemplo: se elimina el consumo de grasa animal que causa la
elevación de la tensión arterial, de forma natural se aumenta el consumo de
fibra mejorando el tránsito intestinal y facilitando la eliminación de toxinas
cuya acumulación es precursora de cáncer de colon, aumentando el consumo de
diversos vegetales, ingerimos en mayor cantidad los benéficos antioxidantes que
previenen el cáncer.
Al aumentar
la ingesta de frutas, vegetales y cereales, una dieta vegetariana variada y
debidamente
equilibrada, aporta los niveles necesarios en nutrientes que el organismo
necesita. El
consumo continuado de proteínas vegetales, en sustitución de las proteínas
animales más consumidas (fundamentalmente las carnes y derivados, y también
pescados), es compatible con los criterios de dieta equilibrada. Al incluir
combinaciones de vegetales en los menús, lograrás una dieta más variada e igual
de nutritiva y equilibrada Esta dieta es recomendables para todas las personas
porque permiten obtener proteínas de calidad -todos los aminoácidos esenciales-
con un menor aporte de grasa saturada y de colesterol, sustancias propias de los
alimentos de origen animal.
De hecho, el
consumo frecuente y en exceso de alimentos de origen animal se relaciona con un
riesgo mayor de padecer enfermedades vinculadas con el exceso de proteínas,
grasas saturadas, colesterol y calorías; como la insuficiencia renal,
hiperuricemia (ácido úrico elevado), gota, sobrepeso, obesidad, y trastornos
cardiovasculares como hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia e hipertensión.
Ético, filosófico, religioso: Mantener una relación de
paz y armonía y respeto con los animales. Practicar la filosofía de la no
violencia hacia los seres vivos.
Cooperar con el medio ambiente: Es bien sabido que la
producción de carne es una de las importantes emisoras de CO2, el costo de
alimentar los animales, sacrificar, procesar, empacar, transportar y distribuir
la carne, no solamente se refiere al costo monetario sino también a la tierra,
el agua, y el medio ambiente. Solamente es remitirse a todos los estudios que
existen sobre el tema, es algo asombroso. Nos damos cuenta de que, a pesar de
tener suficientes medios, no los utilizamos de una forma sensata y sabia. Según
el portal del agua de la UNESCO, producir 1 kg de carne de vacuno requiere unos
15.000 litros de agua, mientras que la producción de 1 kg de vegetales (fruta,
leguminosas, verdura) sólo requiere unos 1.000 litros.
Pero al parecer la
diferencia no sólo estriba en el consumo de agua.
Dicen los ingenieros
agrónomos que para generar el alimento necesario para criar una vaca se necesita
una hectárea de terreno durante 2 años, y de ella se obtendrán unos 300 kg de
carne; pero si esa hectárea se dedicara al cultivo de vegetales para consumo
humano se podrían obtener 7000 kg. de trigo, o bien 12.000 kg. de maíz. Si se
redujera el consumo de carne, esta misma hectárea con alimentación vegetariana
podría alimentar a muchas de las personas que mueren de hambre en el mundo. Por
otro lado la producción de cada kg de carne supone una emisión de 3 ó 4 kg de
C02 a la atmósfera. El consumo de carne multiplica por 10 casi todos los problemas
medio ambientales.
Solidaridad: Gran parte de la población mundial es
vegetariana, no por opción sino por
necesidad. No tienen el
mínimo ingreso que les permita incluir la carne en su alimentación. Este acto
de colaboración global y solidaridad haría que el mundo se convirtiera en un
lugar donde todos podríamos vivir mucho mejor.
Espiritual: Una dieta vegetariana es especialmente
beneficiosa a fin de incrementar la claridad, la concentración y el
planteamiento sutil que exige la evolución espiritual. A medida que la persona
avanza en este camino, se va tornado más sensible, reconociendo claramente si
lo que ha comido es benéfico para el ser.
En el tema espiritual
aparecen nuevas clasificaciones de los alimentos.
Existe el alimento puro o
satoguni: Este es el alimento fresco, no procesado, que no contiene ningún tipo
de carnes, huevos, cebollas ni ajo. Pero que también tiene un componente extra:
se elabora en estado meditativo y es ofrecido a Dios. Aporta energía vital y
energía espiritual.
En segundo lugar tenemos
el aliento medianamente puro o rayoguni: no contiene ningún tipo de carnes,
huevos, cebollas ni ajo pero no es fresco: enlatados, empacados, procesados, no
frescos por ejemplo comida del día anterior o conservas.
Y luego viene el alimento
no puro o tamoguni: todo lo demás.
Vegetarianismo, 7 pasos para hacer la transición:
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